Es el mayor templo de China y una de las construcciones más originales de Beijing. Está en el interior de un gran parque. Fue construido en el año 1420, por el emperador Yongle, que trasladó la capital desde Nanjing a Beijing, y fue utilizado por los emperadores de las dos últimas dinastías, la Ming y la Qing, que acudían a él dos veces por año: al principio de la primavea pedía una buena cosecha y en el solsticio de invierno para dar gracias por la cosecha recolectada.
El Emperador, llamado Hijo del cielo, legitimaba su condición divina con diversos rituales que se celebraban en el interior de este templo. El altar es una gran plataforma en marmol blanco de forma circular (que simboliza el cielo, redondo), rodeada por una balaustrada y a su vez por un muro cuadrado (que simboliza la tierra).Destaca la Bóveda Celeste Imperial, la segunda de las construcciones mas importantes, y el Salón de las Rogativas por las Buenas Cosechas.Esta bóveda está rodeada por un muro circular, popularmente llamado muro del eco por las aotitudes acústicas de este. Aqui, el emperador ,presentaba sus respetos a la Tablilla del Cielo, despues se retiraba al Palacio de la Abstinencia, donde durante tres días ayunaba y se abstenía de contacto carnal. Un largo pasillo de 360 metros une la Bóveda Celeste Imperial con el Salón de Rogativas por las Buenas Cosechas.
Diseñado para facilitar la comunicación del emperador con el cielo, tiene una base redonda y una forma cónica, que se eleva 38 metros sobre tres terrazas circulares de mármol blanco, cada una con una balaustrada de mármol tallado, Este salón está construido completamente con madera ensamblada, sin que se utilizara ni un solo clavo. En el interior, la bóveda está sujetada por cuatro grandes pilares de madera, que representan las cuatro estaciones del año; alrededor de ella hay doce pilares exteriores, que simbolizan los doce meses del año. La forma en que se ha ensamblado la madera que procede de la provincia de Yunnan es una obra maestra la carpintería china. Es muy bonito visitarlo por las mañanas y si es posible en fines de semana hay mucha gente. Los jardines que rodean el teo son preciosos, y sobre todo, lo mplmás curioso, puede verse a infinidad de pekineses practicando taichi, jugando a las cartas, juegos de mesa de estrategia típicos , a ellas bailando o haciendo ejercicios con abanícos, pañuelos o sables, señores mayores tocando instrumentos musicales típicos chinos, como la pipa.